“Cuando yo llegué al gobierno la primera declaración que hice en el balcón de la Casa Rosada fue: Me corto una mano antes de firmar un empréstito. Por qué dije eso? Porque tenía temor de caer en la tentación y quemé las naves para no caer en esa tentación.” J. D. Perón
El problema de la deuda externa, que aparece hoy como un problema acuciante tuvo en el pasado reciente una suerte distinta. Durante los primeros tiempos de Perón, la Argentina canceló la totalidad de la deuda externa. Aunque este hecho fue motivo de controversia por su discutible efecto económico, hay que resaltar el efecto político y simbólico de la cancelación de la deuda como afirmación de la independencia nacional.
Entre 1946 y 1948 Argentina pagó por anticipado la totalidad de la deuda externa, que en aquel entonces ascendía a poco más de 260 millones de dólares de la época. Apenas 42 días después de asumir Juan Domingo Perón, un comunicado del ministerio de Hacienda, sin discursos rimbombantes, anuncia el inicio del rescate de la deuda.
Para muchos, la decisión de cancelar de la deuda externa fue política más que económica, ya que representaba solo el 2% del PBI nacional, (actualmente representa aproximadamente el 150%), y el país venía pagando todos los vencimientos a término, además de ser, en ese momento, más acreedor que deudor internacionalmente.
Esta acción formaba parte de la política económica del primer peronismo, condensada en el Primer Plan Quinquenal. Junto con otras medidas tomadas previamente por Edelmiro Farrel, tales como la nacionalización del Banco Central y la creación del IAPI.
El IAPI era el organismo estatal constituido como único comprador de cereales y oleaginosas y regulaba el tipo de cambio. Era el encargado de vender los saldos exportables y uno de los principales instrumentos de la política económica de Perón. Con los recursos provenientes del IAPI se avanzó en la estatización de empresas, la repatriación de la deuda y la importación de bienes de capital.
Tan solo tres años durará la situación deuda externa cero, en 1950, como consecuencia de la crisis, el gobierno se ve obligado a firmar un préstamos del Eximbank para amortizar las deudas comerciales de Argentina con los bancos estadounidenses. Aunque en 1952 Perón seguía negándose a tomar más empréstitos y a entrar al FMI. Recién en 1955, tras el golpe de Lonardi Argentina entra al Fondo Monetario Internacional aceptando sus condiciones y resignando así nuestra independencia económica.
Muchos atacarán las políticas económicas encaradas por el primer peronismo, y tantos otros las defenderán, lo que nadie puede negar es que nunca más el país tuvo un plan económico a largo plazo. Un plan nacional e independiente que incluyera a todos loa argentinos.
El problema de la deuda externa, que aparece hoy como un problema acuciante tuvo en el pasado reciente una suerte distinta. Durante los primeros tiempos de Perón, la Argentina canceló la totalidad de la deuda externa. Aunque este hecho fue motivo de controversia por su discutible efecto económico, hay que resaltar el efecto político y simbólico de la cancelación de la deuda como afirmación de la independencia nacional.
Entre 1946 y 1948 Argentina pagó por anticipado la totalidad de la deuda externa, que en aquel entonces ascendía a poco más de 260 millones de dólares de la época. Apenas 42 días después de asumir Juan Domingo Perón, un comunicado del ministerio de Hacienda, sin discursos rimbombantes, anuncia el inicio del rescate de la deuda.
Para muchos, la decisión de cancelar de la deuda externa fue política más que económica, ya que representaba solo el 2% del PBI nacional, (actualmente representa aproximadamente el 150%), y el país venía pagando todos los vencimientos a término, además de ser, en ese momento, más acreedor que deudor internacionalmente.
Esta acción formaba parte de la política económica del primer peronismo, condensada en el Primer Plan Quinquenal. Junto con otras medidas tomadas previamente por Edelmiro Farrel, tales como la nacionalización del Banco Central y la creación del IAPI.
El IAPI era el organismo estatal constituido como único comprador de cereales y oleaginosas y regulaba el tipo de cambio. Era el encargado de vender los saldos exportables y uno de los principales instrumentos de la política económica de Perón. Con los recursos provenientes del IAPI se avanzó en la estatización de empresas, la repatriación de la deuda y la importación de bienes de capital.
Tan solo tres años durará la situación deuda externa cero, en 1950, como consecuencia de la crisis, el gobierno se ve obligado a firmar un préstamos del Eximbank para amortizar las deudas comerciales de Argentina con los bancos estadounidenses. Aunque en 1952 Perón seguía negándose a tomar más empréstitos y a entrar al FMI. Recién en 1955, tras el golpe de Lonardi Argentina entra al Fondo Monetario Internacional aceptando sus condiciones y resignando así nuestra independencia económica.
Muchos atacarán las políticas económicas encaradas por el primer peronismo, y tantos otros las defenderán, lo que nadie puede negar es que nunca más el país tuvo un plan económico a largo plazo. Un plan nacional e independiente que incluyera a todos loa argentinos.
Datos extraídos de la revista Todo es Historia, Agosto de 2004.
Zarlanga
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