2 oct 2010

Escuelas tomadas: reivindicación estudiantil


A partir del miércoles 29 de septiembre -y luego del debate en Asamblea-, algunas escuelas de la ciudad de Córdoba decidieron la toma de las instituciones como una forma de reivindicar la fuerza estudiantil frente a la reflexión en torno a la educación en nuestra provincia y en nuestro país.

La lucha de las escuelas cordobesas se suma a la de los estudiantes de Buenos Aires, adhiriendo a los pedidos por mejoras en los edificios y enriqueciendo la nacionalización del debate sobre políticas presupuestarias-educativas. A su vez, el caso de Córdoba es especial porque existe un repudio firme del anteproyecto de ley 8.113 de reforma educativa formulado en julio de este año por un grupo de instituciones privadas, corporativas (Arcor-Minetti), católicas y gubernamentales. Dicho anteproyecto fue formulado sin la discusión pública entre docentes, padres, organismos estatales, organizaciones sociales y estudiantes, sino que fue puesto en consulta durante una jornada de lectura del documento, en la que los presentes debían responder por “sí” o por “no” las propuestas, sin posibilidad de pensar y establecer alternativas.

Es por esto -y teniendo en cuenta que en el mes de octubre el anteproyecto se debatiría en la legislatura-, que algunos estudiantes de las escuelas tomadas piden instancias de reformulación del anteproyecto, estableciendo la necesidad de participar activamente en la construcción de un nuevo modelo de educación a partir del consenso ciudadano. La petición contempla medidas concretas como la formación de un Consejo estudiantil que discuta el documento del anteproyecto de igual a igual con legisladores y ciudadanos, abriendo la discusión legislativa y enriqueciendo el derecho ciudadano de participar y tener voz en las instancias de formulación de la ley.

En cuanto a los sucesos ocurridos durante estos 4 días, la posición de los estudiantes fue firme. Ante la orden de desalojo impulsada desde el jueves por el Fiscal Gustavo Sandoval, los alumnos del Manuel Belgrano, del Alejandro Carbó, del Jerónimo Luis de Cabrera y del Instituto de educación Córdoba, decidieron resistir pacíficamente, apoyados por grupos de padres y profesores que permanecieron en la puerta de los establecimientos. En la tarde de ayer, algunos representantes de dichas escuelas se reunieron con el Ministro de Educación para evaluar las propuestas, encuentro en el que el diálogo no fue real, ya que Grahovac estableció la discusión de la reforma de la ley educacional en ese preciso momento, anulando la petición de los chicos de establecer instancias institucionales de debate entre todos. El hecho significó la negación de la discusión sobre la reforma de la ley de educación por parte del Gobierno, minimizando la charla a los asuntos materiales que hacen a uno de los puntos del reclamo (por mejoras edilicias) y entorpeciendo una vez más, la conversación con los estudiantes y la relación entre la sociedad civil y el Gobierno.

Los estudiantes continuarán expresándose en forma conjunta, organizando Asambleas internas en cada escuela para luego conversar con representantes de las otras instituciones y tomar medidas colectivas. En una entrevista de hoy a la mañana en Radio Nacional, algunos chicos asumieron que seguirán reivindicando la lucha estudiantil como acción de sujetos políticos, porque se sienten capaces de transformar y ser transformados, y de formar parte de la construcción de un nuevo modelo de educación y de una forma distinta de entender y experimentar la política, la juventud, la vida y la sociedad.

1 comentario:

  1. Pinceladas rápidas

    Sacar afuera

    Y de eso se trata el camino educativo. “Sacar afuera” lo que ya está en el otro y los otros. No se trata tanto de “poner” adentro, si no de sacar lo que descubrimos juntos. Nunca las definiciones son totalmente descriptivas de lo que queremos decir, pero a veces nos acercan a eso que queremos comunicar. Hemos superado ya el concepto de “educación bancaria”, aquella que presupone al “alumno” como una tabla rasa donde no hay nada y donde el maestro comienza a escribir su texto. Texto que el pasivo sujeto educativo aprenderá de memoria para repetir y estar “apto” para el sistema. Nosotros entendemos aquello que a veces pomposamente se denomina “proceso enseñanza aprendizaje” y que muchos repiten sin entender demasiado. No hay “destinatarios” del proceso, hay “sujetos-activos-críticos”.

    Hemos superado aquel “concepto” de educación. No obstante, podemos avanzar un poco más. Podemos hablar de “sacar afuera” desde un lugar determinado. Es decir, nos preguntamos, ¿ese “educere”, tiene las mismas características, o las mismas riquezas según sea su “cultura”, según sea el ethos del sujeto del proceso educativo? O mejor ¿es inocente el “lugar”, el “territorio” que ocupa el educando y el educador? Ya imaginamos que no.

    Por eso, desde el lugar-nuestro, queremos hablar de “educación popular-liberadora”. Claro, desde nuestro Sur sur, no nos es indiferente el término “liberación”. Y nos entendemos herederos de una historia de dominación, básicamente centro-europea. Sobran ejemplos. Y desde aquí nos podemos plantear los marcos legales de la educación en la Argentina y las prácticas educativas no formales. ¿En que medida responden a una estrategia liberadora o solo son funcionales a un sistema que necesita “ciudadanos adaptados”? Necesitamos desarrollar una metodología y unos contenidos “liberadores-populares”, que indudablemente será profundamente “críticos”. Lo que a su vez implica unos “objetivos-sueños” liberadores.

    Así, educar, del latín ēdŭcāre (emparentado con dūcěre que quiere decir conducir, sacar afuera, criar) será una tarea vivificante, una crianza constante de unos junto a otros. Crianza para la libertad. En territorios de opresión, la tarea es aún más desafiante. Es un desafío “político” en el mejor de los sentidos. No hay neutralidad. Está en juego “el poder popular”. Poder que necesariamente entra en conflicto con otros poderes-intereses. La educación popular tiene un matiz apasionado. Hay una mística en el educador popular.

    Por todo esto, y mucho más, entendemos como un signo fuertemente liberador la lucha “estudiantil”. Más allá de las ambigüedades, de las improvisaciones, de las limitaciones, estas “tomas” son en verdad “tomas de conciencia” popular. Y, no es menor que hayan sido jóvenes los que hayan emprendido este combate. Hay que acompañar, hay que profundizar, hay que estar.

    Aporte
    Nicolas Alessio, de MOVIMIENTO RECUPERAR LO NUESTRO EN PROYECTO SUR

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